UN SACERDOTE EXTRAORDINARIO
El abate Gillard llegó a Tréhorenteuc en 1942. En aquella época, la población no era muy proclive a la práctica religiosa, la región era pobre y la guerra hacía la vida aún más difícil. Pero el sacerdote estaba entusiasmado con la fuerza de las leyendas y la proximidad de Brocéliande. Para él, el mensaje del Evangelio y el de la Mesa Redonda hablaban el mismo idioma. Para él, la fe es la misma en todas las religiones. Al borde mismo del bosque de leyendas, se considera sucesor y heredero de los druidas. Así que se propuso remodelar su iglesia para celebrar la fe, la tradición celta y la leyenda del Grial.
2 HOMBRES AL SERVICIO DEL ABATE GILLARD
Son tiempos difíciles, el dinero escasea. Pero nada podía detener al sacerdote en su búsqueda. Al final de la guerra, las autoridades le confían 2 prisioneros alemanes, 1 ebanista y 1 pintor. Guiados por el abate Gillard, Karl Rezabeck y Peter Wisdorf crean el Vía Crucis. Para vincular mejor el bosque, la leyenda y la religión, el sacerdote optó por ambientar la Pasión de Cristo en los paisajes que rodean Tréhorenteuc. La sede de Merlín, la mansión de Gurwan y los páramos aparecen en las distintas estaciones, al igual que los habitantes de Tréhorenteuc, modelos voluntarios de Karl Rezabeck. Karl Rezabeck también pintó los cuadros del coro, dedicados a las leyendas de la fuente de Barenton, la aparición del Grial en la Mesa Redonda y la familia real de San Judicaël y San Onenne.
¿SIMBOLISMO O ESOTERISMO?
Hasta 1962, el infatigable abad siguió llenando su iglesia de signos y símbolos. Encargó las vidrieras del coro, que resumen el misterio del Santo Grial en 3 etapas. Primero, la copa de la primera Acción de Gracias, después la soberbia gran vidriera. En torno a Cristo, muerto y resucitado, que visita al fiel José de Arimatea en su prisión, se entrelazan símbolos cristianos y celtas con referencias al compañerismo. El Grial, ahora luminoso, ha recibido la Santa Sangre. La última vidriera representa la aparición del Santo Grial ante los caballeros de la Tabla Redonda.
UNA AVENTURA INTERIOR
Según confiesa él mismo, al abate Gillard le fascinaba el simbolismo, sentía curiosidad por el misticismo de los números y los colores, los signos del zodiaco… Hay que pasar un rato en esta pequeña iglesia; reflexionar, antes de entrar, sobre la frase «La puerta está dentro». Atravesar la puerta de este santuario, enteramente dedicado al conocimiento y a lo Sagrado, es adentrarse en la verdadera aventura interior que ofrece Brocéliande.
¿EN BUSCA DEL GRIAL?
Hay tantas preguntas que hacerse: ¿quién es el ciervo blanco con el collar de oro y por qué crece la columbina a sus pies? ¿Por qué el carnero y el Acuario están invertidos a ambos lados de la pila bautismal? Hay que buscar y encontrar la proporción áurea, y descifrar el simbolismo de la cuadrícula de la capilla de San Eutropo. Hay que preguntarse quién es la joven vestida de rojo a cuyos pies cae Cristo. E incluso encontrar al abate Gillard entre las figuras del Vía Crucis.
Información práctica: visita gratuita de la iglesia de 9.00 a 18.00 h (los horarios pueden variar según la temporada y el número de visitantes).
Texto redactado por Claudine GLOT, Centre de l’imaginaire Arthurien