Merlín y Arturo, el druida y el rey
Merlín ayuda a Uther Pendragon a seducir a Ygraine de Cornualles: de esta unión nace Arturo, el rey providencial. Apenas Excalibur designó al soberano, Merlín vino a guiarlo. Caudillo, bardo, médico, profeta, dominaba la lluvia, el viento y el fuego. Aconseja al rey hasta su última misión, enviar a los caballeros en busca del Grial, su aventura definitiva. En la Edad Media, a Merlín nunca se le llamó druida. Creo que esta noción es importante hoy en día, porque hay demasiada confusión al respecto. Pero su papel con Arturo reproducía la división de poderes entre druida y rey en la antigua sociedad celta: el rey gobernaba, el druida aconsejaba. Merlín goza de absoluta libertad de movimientos. Desaparece en el bosque y se marcha a ayudar a otros gobernantes sin informar nunca al rey.
Profeta y mago
Merlín interpreta los signos y lee las estrellas. Adivina lo que está oculto y ve tanto el futuro como el pasado. Sus poderes le llevan a veces a reírse de las apariencias, con una risa incomprensible para el común de los mortales. Merlín sabe utilizar la magia y la enseña. Sus alumnos magos son todos mujeres, incluidas Morgana y Viviane.
Las metamorfosis de Merlín
Guapo y feo, joven y viejo, sabio y necio, Merlín siempre sorprende por la extrema variedad de apariencias que adopta: anciano, aguilucho ciego, elegante paje, pastor salvaje, leñador. O el ciervo de patas blancas que guía a los humanos a través de las puertas del Otro Mundo.
El salvaje del bosque
Merlín habla el lenguaje de los animales e incluso cabalga al frente de un ejército de ciervos. En Broceliande, se le puede ver detrás del maestro de los toros furiosos. Los bosques siguen siendo el lugar donde Merlín se refugia para volver a ser él mismo tras la locura de los hombres. Vive como un animal, alimentándose de los frutos de los bosques y del agua de los manantiales. De esta ósmosis con la naturaleza extrae su fuerza y su poder profético.
Cuando Merlín le contó a Viviane el secreto que le haría prisionero, sabía lo que el hada del agua estaba pensando. Hace tiempo que conoce su propio destino: vivir su eternidad con su amada, en el corazón del bosque de Broceliande.
Texto escrito por Claudine GLOT, Centre de l’imaginaire Arthurien (CIA)